Orgánicas, sin gluten, sin azúcar, altas en fibra, con proteína…
¿Cuando se volvió tan complicado el comerse una galleta? Soy una fanática empedernida de las galletas. Especialmente aquellas que tengan chispas de chocolate (chocolate chip). De niña las agarraba de tres en tres cuando pasaban la bandeja en las fiestas y de adulta me consuelo o me premio con ellas. Sólo que últimamente la elección que antes me tomaba un minuto en la farmacia ahora me toma 5. Y es que ¿de donde salieron tantas benditas galletas?
Me siento desolada, anonada y casi extasiada frente a la góndola de 5 pies y tres metros de largo con sobre 20 variedades de galletas de chocolate. Orgánicas, sin gluten, sin azúcar, altas en fibra, con proteína, skinny, sosas, con frutas, con multivitaminas, para la calvicie, para rebajar, nahhh, esas últimas no. Pero ¿qué es esto… las olimpiadas de las galletas? ¿Por qué lo que antes era una elección tan simple ahora de ha vuelto una ecuación cuadrática o una introspección de mi ser?¿Soy la chica que come doble chocolate o la que come skinny, soy la vegana o la sosa? Ahora eso que tanto me causaba felicidad y placer me causa ansiedad y nervios ¿Cuando la libertad y tener tantas opciones se volvió algo tan molestoso?
En los últimos 25 años el mercadeo de los productos y la industria del consumo enfocó sus esfuerzos a segmentar y personalizar los productos de acuerdo a las preferencias de las personas. Esto creo que una variedad increíble de grupos y categorías que respondían a los mas exigentes consumidores. Al inicio nos hizo sentir especiales, comprendidos y ricos en posibilidades. Pero con el pasar de los años la explotación de estos aspectos nos ha sumergido en un mar interminable y extenuante de posibilidades.
¿Cuantas veces te haz encontrado paralizado frente a tu guardarropa con tantas opciones de ropa sin saber que ponerte o quizá en una terraza de comidas con 20 restaurantes, hambre, y sin saber que comer? Las galletas para mi fueron el último experimento de una serie de eventos en mi vida que me hicieron reflexionar acerca de una frase legendaria en la moda … “menos es más”.
En muchas ocasiones sufrimos un sentimiento de inmovilidad y de indecisión abrumados por el infinito de posibilidades que la vida cotidiana nos prevé. Un sentimiento que va desde lo pequeño hasta lo mas grande de esta y así siempre terminamos soñando despiertos frente a la góndola de la vida. Siempre contemplando y midiendo posibilidades. Desde hace algún tiempo me declare HARTA de hacer que toda elección sea un evento y un ritual. No quiero que cada minúscula decisión u opción en la vida me quite las energías o me drene de otras tantas.
Es interesante pensar como la decisión de hacer algo se convierte en la indecisión sobre que hacer y la decisión de poseer se convierte en la indecisión de que poseer. El movimiento y el libre albedrio de lo que se nos presenta se ha convertido en parálisis y miedo a lo que se acerca. Hace algún tiempo he comprendido esto y para limitar la parálisis real he limitado muchas opciones en mi vida.
Comencé a implementar técnicas del minimalismo. El minimalismo, en sus nociones básicas, supone elegir, poseer y realizar cosas que tengan sentido y funcionalidad en tu vida. Cosas y circunstancias que nos sirvan y no que les sirvamos a estas.
En el día a día he limitado opciones de ropa, comida, antojos, pasatiempos y algún contenido en mi rutina. Con ello mi rutina y los espacios se han vuelto mas simples, sostenibles y aceptables. Es agradable el día a día. El caos se resume y la consciencia esta latente. Así me sobra el tiempo y las energías para elegir en aquellas circunstancias que me causan placer: aventuras de fines de semanas, viajes, cenas ….
Trabaja en tu vida para que te extenúen las aventuras, actividades de tu vida, no la preparación o la proyección a estas.
Limita y da prioridad a tus opciones en el diario vivir. ¿Que cosas merecen robar nuestras energías y cuales otras solo nos desviaran de trabajar por nuestros sueños? No alimentes la inseguridad y confusión.
Elige solo cuando es sabio hacerlo.
Sobreviviente por elección.
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