Sobreviviente

LOS MIL Y UN PEINADOS

Déjate cambiar el “look”…

Repelado, Burbujita, Farrah Fawcett, Miley Cirus, “Sila M. style”, playero, doñita sexy, “flap top” y como 20 estilos mas.

No… no se trata de un menú noventoso de estilos de cabello sino de parte de mis peinados en este último año. En solo 11 meses creo haber tenido mas cambios de “look” que la Burbu y Lady Gaga juntas. Todo sujeto al estado de ánimo y la crisis de hebras del día.

Cuando comencé el tratamiento de quimioterapia fue inevitable la caída del cabello y con ello todos los traumas y cambios físicos. Es un hecho que para muchas mujeres el cabello es el accesorio principal que les permite distinguir y mostrar su personalidad. Sin embargo cuando ese departamento no está en control las cosas se tornan un poco difíciles. Al fin todo fue como una aventura.

Al comenzar el tratamiento para el cáncer decidí raparme la cabeza. Esto mucho antes de que se cayera todo el cabello. Fue una extraña y liberadora sensación que me permitió sentir que elegí antes que el tratamiento eligiera por mí. Durante ese tiempo anduve descalza de la cabeza y del ego también. Ya cuando el sol me quemaba y el frío atacaba introduje a mi segundo look… ¡PAÑUELOS! Toda mi familia aportó a la causa para crear un inventario de casi 50 pañuelos. Allí comenzó el espectáculo de cada día con un estilo, amarre y color distinto.

Luego me cansé de tanta tela y un día pensé … ¿peluca? ¿por que no? Al final era menos obvia que el pañuelo y hasta me ahorraba el discurso de prognosis y cuadro clínico. En menos de un pensamiento Google me llevó a la avenida Piñeiro, al nirvana de las pelucas. Recuerdo que como buena jíbara comencé a mirar las pelucas estrambóticas tipo J-LO o Beyonce con destellos y ondas en las puntas. Al verme la empleada muy gentilmente se acercó y señalando el área de las pelucas para pacientes y dijo – “ a lo mejor esté buscando de éstas”. Allí pase al paredón de las pelucas decentes de la tienda, aquellas pelucas que claramente se veían mas reales que aquel pelo de Barbie. ¡Mas vale que lo fueran por su precio!

Los estilos variaban desde Michelle PFeiffer hasta abuelita picúa. En aquel momento nada me gustó hasta que la empleada me pidió una foto de como lucia antes de perder el cabello y ¡plás!!! Allí apareció una justo para mí! Pelo corto negro y un flequillo para jugar un poco. Por algún tiempo fue mi preferida y creo que casi todos en la familia se la midieron, incluyendo mi esposo. Con el paso del tiempo también me cansé. Mas adelante cuando comenzaron a salir las greñas decidí dejar crecer y oxigenar la raza.

Así cuando comenzó a crecer el cabello otra vez empezó a brotar la Wanda Montes que vive en mí. Gel, “hair spray”, romero, keratina, tinte, etc. Traté de maximizar y explotar un look para cada largo.

Con cada estilo, peinado y peluca seguía buscándome y tratando de encontrar lo que era antes. Quizá esa sería la señal de humo para saber que estaba fuera de peligro, que las cosas serían como antes. Entonces comprendí que jamás luciría como antes y eso no estaría mal pues en el camino había encontrado muchos “peinados” que jamás imagine lucir. Aprendí que cada segundo mutamos y dejamos de ser un poco lo que éramos para convertimos en otras personas.

¿Haz tratado alguna vez de saborear un dulce de tu niñez y sientes que sabe distinto? Entonces dices que sabe diferente por el material, el fabricante, mas agua, menos azúcar. Nahhh… son patrañas. Mientras soñamos sentir, oler y lucir como lo hacíamos antes encontramos que aquellos exactos sentimientos ya no están pues nosotros quienes los percibimos ya no somos los mismos.

Vive con el buen recuerdo y no con la nostalgia pasado. No prejuzgues tus circunstancias actuales pues los tortuosos caminos de la vida te traerán perfectos y hermosos “peinados” que jamás imaginaste lucir.

Aún sobreviviendo.

 

 

 

 

 

 

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6 Comments

  • Reply
    Hector Lugo
    7 julio, 2016 at 12:44 am

    Me encantó. Recuerdo que donde yo vivía había una cuesta bien graaande y Cuando regresé de adulto era dos pies más grande de que un simple lomo (muerto) en la carretera. Cada momento en la vida es perfecto, para que lo recuerdes y no quieras vivirlo denuevo sino atesorarlo recordarlo y compartirlo. Porque al tratar de revivirlo borrarás la magia que alguun día tuvo. El mejor momento es ahora. Un abrazo fuerte!

    • Reply
      Carolina
      12 julio, 2016 at 3:17 am

      Palabras sabias. Me encantó la anécdota. Un abrazo sobreviviente.

  • Reply
    Elizabeth Colón
    7 julio, 2016 at 1:09 am

    Me encantó! Totalmente cierto. Gracias por tan lindo mensaje con tan buen lección de vida. Bendiciones bella!

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    Jennie Ramos
    12 julio, 2016 at 10:53 pm

    Muchas Bendiciones.😙 Que Dios te sane! Gracias por compartir!

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