Adopción

UN EMBARAZO DE UN AÑO

Todo en la vida es cuestión de tiempo.

¿Si te dijeran que tienes que esperar mas de 9 meses por tu hijo, cuanto tiempo mas esperarías?

Todavía no son las 9 de la mañana y el personal de sala camina de un lado a otro. Verifican que cada detalle este apto para iniciar las labores del día. Cada rol es importante, todo tiene un propósito en el comienzo de una nueva familia.

Aunque la rutina se repite cada día, las historias y los rostros son distintos, siempre nuevos. Siempre hay chispa, siempre hay nervios.

Nosotros los primerizos aguardamos en la sala de estar con las manos sudadas y con punzadas en los pies. Ansiosos por culminar esta etapa pero con  deseosos de disfrutar cada instante. ¿ Cuantos días en la vida cambian el rumbo de esta?

Cualquiera que sea padre coincidirá conmigo en que la primera vez que mire a su hijo al rostro podría ser uno de estos momentos. Un momento de terror, de confrontación, de miedo y gozo, de júbilo y cautela. Un momento donde lo mejor y lo peor de ti suelen mirarse de frente y se asombran por lo grande que se asoma.

Miedo no solo a las responsabilidades que se avecina sino a que tus hábitos, preferencias y costumbres ahora se reflejan en un ser que solo te mirará a ti.

Para muchos esto ocurre en un cuarto de un Hospital, para nosotros en un Tribunal. Allí en la sala de un Tribunal fue que se oficializó lo que ya hace tiempo había comenzado, la adopción de nuestra niñas.

Se oficializó el comienzo de una jornada de baños cortos, invasores en la cama, meriendas y tareas. Así comenzó el caos mañanero y mas trastes en el fregadero.

Fue para el mes junio del año 2015 que iniciamos el proceso para certificarnos como una familia adoptiva ante el Departamento de la Familia en Puerto Rico. Desde ese momento -aunque suene cursi- comenzamos a gestar la idea de lo que sería nuestra familia.

Al igual que cualquier embarazo biológico nos preguntábamos, ¿cuantos hijos tendríamos, si serian niños o niñas, como lucirían ¿serian, cariñosos, jodones o independientes?

Cada día y mientras esperamos esos primeros meses reinaba el temor y la incertidumbre. Esa impaciencia que se siente cuando se trabaja mucho en algo pero aún no se ve el resultado. Lo mismo que presumo sentirá una madre que tiene la alegría de lo que sabe pero aun no ve.

Ya después de certificarnos como familia adoptiva un poco la seguridad se devolvió al corazón. Ya la idea de lo sospechado se concretaría, sería real y solo sería cuestión de tiempo.

En esta etapa crecieron nuestros anhelos, esperanzas y nuestro amor a un ser que en la espera no es conocido pero que existe en algún lugar. Y así poco a poco la espera se emprendió en días y meses hasta llegar a un año.

Llega el momento del parto. Un momento que para unos es de 24 a 48 horas y que para otros quizá puede ser un poco mas largo. Ese “si” pero “no”, ese “ya” pero “todavía”. El día que te salen canas y que se caen las cataratas de los ojos de la vida.

Ese torbellino de emociones que para algunos se da en contracciones y que para nosotros viene en llamadas y visitas. Lo mas desesperante, hermoso y orgánico de la vida. Donde habita el dolor y el temor pero se confía en el amor.

Y al final sentada en la sala de aquel Tribunal todos estos pensamientos están como locos brincando en mi cabeza. Allí reflexiono y veo como todo cobra sentido en el último año de nuestras vidas. ¿Difícil? Sí. ¿Complicado? Aún mas. Pero, ¿quien esta exento de describir de la misma manera el recibimiento de un hijo?

¿Quién no haría mil llamadas y llenaría 100 formas? ¿Quién luego de verlo no lucharía con quien fuera por retenerlo? ¿Quien no esperaría por un hijo la eternidad?

El tiempo es nada para aquellos que desean emprender. A nosotros la espera nos trajo dos semillitas sobrevivientes que buscaban donde germinar.

El tiempo corto o largo es relativo cuando lo esperado merece la espera.

Comenzando AHORA a sobrevivir…

 

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1 Comment

  • Reply
    N. I. Cruz
    30 mayo, 2017 at 2:09 pm

    Muy bonitos pensamientos. Que disfruten el resto de sus vidas junto a sus hijas. Ustedes le daran la oportunidad de tener una vida feliz y productiva y ellas las daran a ustedes la opotunidad de llegar a la edad de oro con muchos recuerdos gratos y momentos de felicidad acumulados en una vida en familia.

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